Si has decidido instalar tarima en tu hogar, seguramente te has preguntado cómo prevenir deformaciones en la tarima. La elección de este material para el suelo es una excelente decisión, ya que aporta calidez y estilo a cualquier espacio. Sin embargo, es crucial que tomes ciertas medidas para asegurarte de que tu tarima se mantenga en perfecto estado durante muchos años. Aquí te comparto algunos consejos prácticos que te ayudarán a cuidar tu tarima y evitar que sufra deformaciones.
¿Por qué se deforman las tarimas?
Las deformaciones en la tarima pueden deberse a múltiples factores. Uno de los más comunes es la humedad. Las tarimas de madera son especialmente susceptibles a cambios en la humedad del ambiente. Cuando la madera absorbe humedad, tiende a hincharse, mientras que en condiciones de sequedad, puede encogerse. Por lo tanto, mantener un nivel de humedad adecuado es fundamental.
Controlando la humedad en tu hogar
- Uso de deshumidificadores: En climas húmedos, considera usar un deshumidificador para regular la humedad en el ambiente.
- Ventilación adecuada: Asegúrate de que tu hogar esté bien ventilado. Abrir ventanas de vez en cuando puede ayudar a equilibrar la humedad.
- Temperatura constante: Mantener una temperatura constante también es clave, ya que cambios bruscos pueden afectar la madera.
Instalación correcta de la tarima
Otro aspecto fundamental para prevenir deformaciones es la correcta instalación de la tarima. Si decides realizar la instalación tú mismo, asegúrate de seguir las instrucciones del fabricante al pie de la letra. La expansión y contracción de la madera deben ser consideradas en el proceso de instalación. No dejes que la tarima toque las paredes; es recomendable dejar un espacio de expansión de al menos 1 cm.
Errores comunes al instalar tarima
- No dejar espacio de expansión: Este es uno de los errores más comunes y puede llevar a que la tarima se deforme.
- Usar un material inadecuado: Asegúrate de que la tarima sea adecuada para el tipo de habitación donde la instalarás, especialmente en lugares húmedos como baños o cocinas.
Cuidado diario de la tarima
Una vez que tu tarima esté instalada, el cuidado diario es esencial. Evita el uso excesivo de agua al limpiar, ya que la humedad puede penetrar en las juntas y causar deformaciones. En su lugar, utiliza una mopa ligeramente húmeda o productos específicos para limpiar tarimas. Además, recuerda usar alfombrillas en las entradas para evitar que la suciedad y la humedad entren en tu hogar.
Consejos para el mantenimiento
- Evita el uso de productos químicos fuertes: Estos pueden dañar el acabado de la madera.
- Aplicar aceites o ceras protectoras: Esto ayudará a crear una barrera contra la humedad.
- Revisar las juntas y bordes: Inspecciona regularmente para detectar cualquier signo de deformación o desgaste.
Protección contra muebles y objetos pesados
Si tienes muebles pesados, asegúrate de que estén equipados con protectores de goma o fieltro en las patas. Esto evitará que se marquen o deformen la tarima al moverlos. Además, si tienes niños o mascotas, considera el uso de alfombras en áreas de alto tráfico para proteger la tarima del desgaste.
Evita los golpes y caídas
Una de las maneras más simples de proteger tu tarima es evitar golpes y caídas. Esto puede sonar obvio, pero a menudo se pasa por alto. Si tienes objetos puntiagudos o pesados, asegúrate de levantarlos en lugar de arrastrarlos sobre el suelo.
¿Qué hacer si ya hay deformaciones?
Si ya has notado deformaciones en tu tarima, no todo está perdido. En muchos casos, las deformaciones pueden ser tratadas. Si es una hinchazón leve, puedes intentar secar el área afectada con un ventilador o deshumidificador. Sin embargo, si la deformación es severa, lo mejor es contactar a un profesional para que evalúe la situación y determine la mejor solución.
Casos en los que se necesita ayuda profesional
- Deformaciones extensas: Si varias tablas están afectadas, es recomendable llamar a un experto.
- Problemas con la instalación: Si sospechas que la instalación no fue correcta, un profesional podrá solucionarlo.
Recuerda que cuidar de tu tarima no solo se trata de estética, sino también de prolongar su vida útil. Siguiendo estos consejos y prestando atención a los detalles, podrás disfrutar de tu tarima en perfectas condiciones durante mucho tiempo. La prevención es clave para evitar deformaciones en la tarima, así que ¡manos a la obra!